martes, 31 de marzo de 2015

La música de Nora


¡Hola amigos!

Si hace unas semanas colgaba la lista de canciones de Julia hoy es el turno de La foto de Nora, mi segunda novela. 

Aquí vais a encontrar el reflejo de lo que es Nora: una mujer fuerte, cabezota, con las cosas claras pero en el fondo un poco blanda y buenaza.

Tres adjetivos que definen esta lista: distinta, fuerte y magnética.

¿Seríais capaces de colocar las canciones en cada capítulo de la vida de Nora?
Os aseguro que a mi me sale solo... Por ejemplo: la número  4, la de Andrew Bird: veo a Nora enfrascada en sus apuntes y libros de psicología criminal.
En la número 5, Nora huye de Nueva York y viaja a Europa con el profesor J.M. Lemony.
Y qué decir de la última, una canción preciosa de The Irrepressibles, es casi un resumen de la historia de Nora. 


¡Disfrutad un poco más de La foto de Nora!


lunes, 23 de marzo de 2015

¡Sorpresa! Mi próximo libro no es una novela.

Este es un post diferente. Os voy a desvelar una parte de mí que conocen muy pocos. Vais a conocer mi nombre real, a qué me dedico cuando no escribo y os contaré una noticia de la que me siento muy orgullosa. 


¿Cómo empezar?
Pues lo más sencillo, por el principio. Mi verdadero nombre es María (lo conservé porque fue el primer regalo que me hicieron mis padres), estudié Biología en la Universidad de Salamanca y después me especialicé en Nutrición en la Complutense de Madrid. 

Junto a mi marido, entonces mi novio, creé la empresa en la que trabajamos desde hace más de ocho años. Nuestro proyecto, cuando solo era una idea en nuestras cabezas, fue elegido por la Universidad como integrante de un programa para emprendedores por su espíritu innovador y carácter. 
Meses después pusimos en marcha nuestra clínica, ALEA Consulta dietética, y poco tiempo tras el inicio, dada la gran demanda que teníamos creamos una web con la que extender nuestro método de trabajo al resto del mundo: aleaDIETS.  Gracias a ella hemos ayudado a personas de mil rincones de España y del extranjero. 
Después llegó nuestro blog (El blog de la dieta equilibrada) que aparece con regularidad en televisión y revistas. Con él arrojamos un poco más de luz a este mundo complejo que es la Nutrición y la Dietética, mostramos recetas de nuestras dietas y a veces publicamos entrevistas a pacientes que desean compartir su experiencia con otras personas. Colaboran en él más de treinta profesionales entre médicos, psicólogos, dietistas-nutricionistas... 

Y ahora viene la noticia de la que estoy muy orgullosa: hace unos años se nos ocurrió la idea de plasmar en un libro nuestra forma de trabajo. Tuvimos la suerte de conocer a un par de profesionales sanitarios (y hoy en día buenos amigos) que dejaron parte de su conocimiento entre sus páginas y así nació el libro titulado La dieta ALEA
El manuscrito cayó en manos de Planeta y todo cuajó en pocos días. El 7 de Abril de 2015 estará a la venta en todas las librerías de España (y en ebook también). 


Estos últimos meses los he pasado inmersa en la corrección y edición del libro. Cada vez que me preguntábais sobre nuevos trabajos ¡tenía que morderme la lengua! No es in libro de ficción pero es una obra de la que me siento, mejor dicho: los cuatro autores nos sentimos muy orgullosos. 

Ahora sabéis un poco más de mí :) 
Si os apetece seguirme en ese ámbito profesional podéis hacerlo a través de Facebook y Twitter. 
Y si queréis adquirir el libro ya mismo está en preventa, os dejo el enlace a Amazon: La dieta ALEA


martes, 17 de marzo de 2015

Escribir + trabajar


Algunos dicen que es una suerte tener un trabajo que compaginar con la escritura. 
Otros opinan todo lo contrario: lo ideal es dedicarse solo a escribir.

Cada persona contiene en sí misma un universo de emociones, opciones y circunstancias. A mí me ha tocado vivir dentro del primer grupo: escritores que además trabajan fuera de su imaginación.


Hace unos meses mi hermana me contó algo que yo había olvidado. Me dijo que viéndome en una de las presentaciones que hice para promocionar las novelas, llegaron hasta su mente los recuerdos de muchas tardes de invierno en las que venían a vernos nuestros amigos. 

Tengo la suerte de pertenecer a la generación cuyos padres fueron jóvenes profesionales que decidieron tener a sus hijos siendo ellos muy jóvenes. Quiere decir que cuando mis padres y sus amigos tenían mi edad actual (32 años) ya tenían por casa corriendo un par de niños de entre cinco y ocho años. Eso se traducía en tardes de domingo de café para los mayores y de bocadillos de nocilla para los pequeños. 
Lo que mi hermana me contó es que muchas de esas tardes las pasábamos en una habitación de la casa que utilizábamos para jugar. Yo, que era la mayor (y quizá la más activa), bajaba la persiana, encendía la luz de una pequeña linterna, la colocaba en mitad de la habitación y me sentaba formando un corro con nuestros amigos. ¿Y sabéis qué hacía? Les contaba historias. La mayoría inventadas, casi no las recuerdo. 
Me hace pensar que quizá cuando nací en mis genes ya estaba esa fiebre por imaginar y contar historias a los demás.



Mi juguete preferido cuando cumplí los diez u once años era un maletín (que todavía conservo) con un microscopio y un equipo de observación. Me obsesionaba descubrir de qué estaban hechas las cosas (desde la piel de una manzana al tejido de mi pijama). Poco tiempo después descubrí que había una carrera en Salamanca que me enseñaría cómo funcionaba la vida. Y a por ella fui. Y fueron cinco de los años más bonitos y apasionados de toda mi vida. 
Soy una chica de ciencias. Siempre lo fui. 
Pero también hay algo más. Siempre lo hubo. 
La vida se metió entre medias: primero la carrera, luego la empresa. Pero llegó un día, un punto de inflexión, en el que supe que tenía que hacerle caso a esa parte tan divertida de mi mente: crear historias

Juntarme con mis amigos y contarles relatos hoy en día era inviable así que decidí buscar otros amigos y amigas: los lectores. 




Escribo solo desde hace un par de años, pero las historias viven en mi imaginación desde que nací. Hay una certeza en mi corazón y es que en mi felicidad y en mi camino siempre se habría colado la escritura. 
Compaginarlo con el trabajo es duro, muy, muy duro. No solo son las horas en las que no puedo escribir, sino todo el tiempo que dedico a la semana al trabajo y en el que no puedo avanzar con mis historias. 

Pero también es una salvación, porque creo que si no hiciera otra cosa más que escribir me iría convirtiendo en una especie de Gollum: mi tesoro sería la historia de turno
También está la parte económica: vender libros y vivir de ello actualmente es una aventura muy arriesgada. En ese sentido tengo la suerte de que el sustento de mi familia no sea lo que creo en mi cabeza. 
Además, ¡mi trabajo me encanta! Los que me conocéis lo sabéis :) Y pronto lo compartiré con el resto, aquellos que solo conocéis a María Jeunet, veréis mi otra cara porque tengo una muy buena noticia que dar con relación a ello. (Y curiosamente tiene que ver con un libro...)




martes, 10 de marzo de 2015

Una tarde literaria (II ECAN Salamanca)

Escribo este post con una ligera resaca. Pero no me malentendáis: ayer no bebí pero sí me emborraché de ilusión y alegría durante todo el tiempo que permanecí en el II ECAN de Salamanca (encuentro cultural anual de novela). 

El encuentro comenzó por la mañana (mejor dicho, lo hizo el día anterior en una pequeña fiesta privada a la que no pude ir porque trabajaba) pero yo fui por la tarde (de nuevo mi trabajo, ¡no puedo ni quiero desatenderlo!). 



Llegué al salón de actos de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca en donde ya esperaban pacientes un montón de personas. 



La primera charla de la tarde fue interesantísima. En la mesa conversaron Marta Vilagut (directora de Destino Juvenil), Sara Rodríguez (editora de Oz editorial), el GRAN Jordi Sierra i Fabra (que nos emocionó, nos inspiró y nos hizo reír) y Araceli García (profesora de la Universidad). 


Se habló de escribir, de editar, de los lectores, de los escritores. Jordi nos contó (con una forma capaz de enamorar a cualquiera) cómo él y su mujer iniciaron el proyecto de la Fundación que preside. Cómo llegaron a Medellín (Colombia) y cómo eso ha cambiado la ciudad. 
Sara, una jovencísima editora, nos habló de su experiencia con entusiasmo y Marta lo hizo desde el saber de la experiencia. Fue una gozada absoluta, creo que al final de la charla la sensación unánime de los oyentes debió ser algo como "¿Ya termináis?". 
Espero que el año que viene gocemos de más tiempo para poder aprender e inspirarnos con figuras de esa talla. 

Después llegó mi turno, el de Victoria Álvarez (escritora en Lumen), Eva Rubio (organizadora del ECAN) y Maite Malagón (directora de Infantil y Juvenil Santillana). Nuestro tiempo estaba orientado a ser un taller literario. 


Cada una de las partes hablamos de nuestra experiencia: Victoria nos contó que nunca se rindió a pesar de las primeras negativas editoriales, Maite ahondó en cómo se edita, en qué se edita y lo hizo transmitiéndonos una profunda y sincera pasión por lo que hace. Yo hablé sobre cómo Amazon supuso para mí una forma de llamar la atención a los editores y les hablé del lugar en el que me encuentro hoy en día. 

Después llegaron preguntas, aplausos, risas, firma de libros e incluso una carrera para llegar a tiempo al Ayuntamiento de Salamanca, en donde nos esperaban para agradecernos la iniciativa y hacernos unas fotos. 

Firmando mis novelas a Dani Sánchez, de La Sabiduría de los Libros y a su acompañante, la dulce María. 

Tras la charla con las chicas de 5 Ovejas negras, una foto.

María Jeunet y Eva Rubio/Natalie Convers
Acompañada por la cabeza pensante de todo este "tinglao": Eva Rubio/Natalie Convers.

Haciendo el bobo con Jordi Sierra i Fabra. ¡Qué bobo más grande!




Toda la familia del II ECAN en el Ayuntamiento de Salamanca.


Jordi Sierra i Fabra, Maite Carranza, Yolanda Caja y Maite Malagón, en el balcón del Ayuntamiento de Salamanca.

La menda.


Con la preciosa Carlota Echevarría, desprende bondad en cada gesto.

Carlota y yo despidiéndonos... 




Pensar que hace justo hace un año yo estaba sentada entre el público escuchando a Blue Jeans, que tuve que irme porque recibí la primera llamada de mi editora de Penguin Random House... Y verme, un año después, hablando frente a un micrófono para que los asistentes me escucharan. ¿Es un sueño? Para mí sí. Y lo mejor de él es la pregunta que surge: ¿donde estaré el año que viene? 

Gracias a todos y a todas los que asististeis, fuisteis un público y unos compañeros maravillosos. Gracias, Iria G Parente, por tus palabras y tu sonrisa, gracias Carlos Fortea, por invitarme, gracias Carlota y Yolanda por nuestra charla de camino a la Plaza (me quedé con muchas ganas de más), gracias, Sandra Robles, por venir a saludarme, gracias a Marta, Maite... y a todas las personas que conocí (recuerdo vuestras caras pero no los nombres, ¡disculpadme!).


Termino con una frase genial que Jordi nos regaló:




martes, 3 de marzo de 2015

4+4 Juan Manuel de Prada

Si digo "Juan Manuel de Prada" casi todo el mundo tendrá en mente automáticamente la imagen de este hombre: un escritor (mejor con mayúsculas): ESCRITOR español que está dejando una huella imborrable en nuestra cultura e historia. 


Hace unos meses me invitaron a una charla con él organizada tras la firma de libros de su última novela (Morir bajo tu cielo). Lo confieso: nunca había leído ninguna novela suya, pero días antes hice un brevísimo repaso de su obra y compré la nueva y El séptimo velo

La charla duró poco más de una hora y la sensación que fue naciendo en mi desde el primer minuto es que este hombre tiene una enorme base de datos (datos a los que accede con rapidez y acierto) en su cabeza. He conocido a pocas personas capaces de exponer tan claramente y con emoción lo que nos contó aquella tarde. 
Nos habló de un capítulo de la historia de España del que casi nadie sabe nada. Quizá ya solo queden algunos recuerdos en las cabezas de ciertas personas que gracias a tus abuelos o parientes mayores tuvieron la gracia de atesorar. Hoy, gracias a esa novela nos acercaremos a una época extraña. 

Al terminar me acerqué a su mesa, me dedicó su novela y charlamos unos minutos. De esos momentos surgieron otras charlas y ahora esta entrevista. 
Os dejo con Juan Manuel de Prada, esta entrevista la hicimos hace unas semanas. 
(Esta es su web: http://www.juanmanueldeprada.com/











1. Cuando eras niño, ¿en qué querías convertirte de mayor? ¿Te sientes satisfecho hoy en día?

 Siempre quise ser escritor, no me recuerdo queriendo ser otra cosa. Incluso a una edad en que no sabía exactamente qué era eso de ser escritor, quería serlo. Y con la adolescencia esta vocación "intuitiva" se hizo consciente y efectiva. Si te dijera que me siento por completo satisfecho te mentiría: aunque conseguí ser lo que anhelaba, la dura realidad es que la literatura ha dejado de ser un medio de vida, y veo el futuro bastante oscuro económicamente para alguien que, como yo, a los veintipocos años, pensó ilusamente que podría vivir de la literatura.



2. ¿Sabrías decirme en qué momento supiste que lo tuyo era escribir? De no ser escritor, ¿cómo te habría gustado ganarte la vida?

 No sabría decirte el momento exacto, pero fue a una edad muy temprana, tal vez con tres o cuatro años. Esta precocidad se debe a que mi abuelo me enseñó a leer y escribir antes de ir a la escuela, con apenas dos o tres años, de tal modo que cuando fui a la escuela yo ya sabía leer de corrido. Esto me distanció mucho de los niños de mi edad y me convirtió en un "perro verde". En la adolescencia anhelé también ser director de cine, pero creo que hubiese sido una mala opción, porque en el cine tu trabajo de pende de demasiada gente, y por lo general de gente cerril que consigue la pasta y no sabe nada de cine.Y sospecho que me habría deprimido bastante.



3. Elige un día de la semana, cualquiera. Y cuéntame cómo es y qué sueles hacer desde que tu cabeza se pone en marcha hasta que te acuestas. 

Cuando estoy escribiendo una novela me levanto a las 7.30 y me pongo a escribir en ayunas hasta que me caigo de cansancio, allá por las dos o dos y media de la tarde. Como y leo la prensa, después escribo un artículo si tengo que hacerlo y por la tarde (para entonces son aproximadamente las seis) leo un poco, o voy al cine con mi mujer, o me veo con algún amigo. A eso de las diez de la noche empiezo a pensar un poco en lo que voy a escribir al día siguiente. Así día tras día, hasta que acabo de escribir la novela. Ahora no estoy escribiendo novela, sino que todavía estoy documentándola, empezaré en un mes aproximadamente a escribir (si lo sacas en marzo estaré en plena faena). Me suelo acostar a las doce, pero lo cierto es que puedo pasarme la noche en blanco, asediado por la historia que pretendo contar.



4. ¿Puedes decirme cómo te ves dentro de diez años? 

Pues me veo escribiendo, ya no me queda otra salida. Pero, si la gente sigue pirateando y desertando de la lectura, imagino que estaré pasando grandes dificultades económicas. No descarto que haya tenido que buscarme un trabajo alternativo y que, aunque siga escribiendo, lo haga sólo para mí, y en todo caso para unos pocos lectores a los que venda directamente mis libros. Lo que tengo claro es que, si el problema de la piratería sigue creciendo, no voy a escribir gratis para mangantes.













Una película: 
Espartaco, de Stanley Kubrick, o Fort Apache, de John Ford, la que más te apetezca. 





Una receta: 
El cocido que me hace mi madre cuando voy a Zamora.





















Una ciudad: 
Sigüenza 























Una hora del día: 
Las 8 de la mañana, cuando me pongo a escribir y veo crecer el día.