sábado, 12 de julio de 2014

La inspiración

El próximo lunes se cumplirá un mes desde que entré en la casa de Suma de letras. En estas cuatro semanas los días caracterizados por dibujarse en mi cara una sonrisa amplia se han multiplicado. Gracias al trabajo de la editorial mis novelas están disponibles en todas las plataformas de venta digital habidas y por haber. Y por eso son cada vez más frecuentes los lectores que contactan conmigo para compartir su experiencia de lectura. Esos contactos son gratificantes, motivadores y "hacedores de sonrisas". 

Otro de los puntos positivos, y que ha generado el germen de este post, son las entrevistas que estoy concediendo (¿Concedo entrevistas? Más bien cuento a los interesados mi breve recorrido en este mundo, mejor así.).
En ellas ha habido una pregunta recurrente. Una pregunta que tiene una respuesta muy difícil de explicar, aunque en verdad, es muy fácil para mí. 
La pregunta en cuestión es: ¿Cómo le llega la inspiración a María Jeunet? O alguna variante como: ¿De dónde salen sus historias?

Respuesta fácil: veo y siento la novela completa en una centésima de segundo.

Imagino la cara que debéis tener y los pensamientos que invaden vuestra cabeza: 
  • Esta chica está chiflada. 
  • ¿Es que tiene visiones ultra rápidas? 
  • Tal vez ha vivido muchas vidas pasadas y las recuerda en un segundo cuando algo las detona.
  • ¿Tomará alguna droga extraña?
... y así podría seguir hasta que mi cerebro obligara a mis ojos a cerrarse tras horas de actividad.


La respuesta completa es una versión más larga y explicada de la frase anterior. Y en realidad no es algo tan fácil como "ver" una historia a cámara super rápida. Trataré de explicarlo. 

Primera fase: algo chispea en mi cabeza. Puede ser un detalle minúsculo de la vida real, algo que pasa desapercibido para la mayoría de personas, o puede ser una canción o una frase de relleno en una película o en un libro. 
Sea como sea eso que captura mi atención, es como el golpecito que hace caer la primera ficha del dominó. 

María Jeunet


Sabéis que si todas las piezas están bien colocadas será INEVITABLE llegar hasta el final, ¿verdad? Eso es exactamente lo que siento cuando una historia golpea en el punto diana de mi cabeza: ya no hay marcha atrás, he de llegar hasta el final. 

Algo muy curioso es que este tipo de golpecitos los he sentido toda mi vida. Pero nunca me había detenido a mirar cada pieza. Simplemente desaparecían de mi cabeza. O tal vez solo se ocultaban detrás de las preocupaciones y los quehaceres diarios. Sea como fuere, hoy tengo el placer y la necesidad de poder disfrutar del efecto dominó de la inspiración. 
La última ficha en caer tiene impresa la palabra fin


Segunda fase: miro por la ventana. En el sentido figurado, no penséis que me siento a ver los coches pasar y el caminar de las personas. Me refiero a que "observo a través de la ventana de mi imaginación" a esos personajes que están comenzando a dar sus primeros pasos dentro de mi cabeza. Tengo que conocerlos, saber cómo son, qué les gusta, qué les define, a qué tienen miedo. También observo la trama. Porque los personajes están unidos a la trama. O la trama a los personajes. Son un todo y hay que conocerlos de cerca. 

María Jeunet

En esa fase tomo notas, muchas. Lo hago por todas partes y a todas horas. El culmen es un precioso y completísimo esquema. 

Un apunte más: desde siempre me ha gustado tener cuadernos; de colores, de formas distintas, de tapa dura o blanda, más grandes, minúsculos, libretas, tacos de postits... ¿Sería que me estaba preparando para esta etapa de mi vida?  


Tercera fase: mover los dedos, imaginar, sentir. Llega la hora de colocar una palabra detrás de otra para que todos vosotros podáis incorporar esos personajes y sus vidas dentro de vuestras cabezas. Es un proceso muy emocionante, porque aunque conozco de antemano la mayoría de detalles, al final SIEMPRE hay cosas que me sorprenden. Como si alguien me las contaran al oído. 

Un ejemplo de esto es el final de Las hojas de Julia. Sin revelar nada por si no la habéis leído os puedo comentar que aunque tenía definido el final antes incluso que el nudo de la historia, hubo unos cuantos detalles, los que dotan al relato de una magia muy especial, que surgieron sin pensarlos antes. Mis dedos fueron obligados por una fuerza invisible a escribirlos. 

María Jeunet



Como nota final me gustaría incluir algo más que este orden de acciones sobre cómo escribo y "de dónde me viene la inspiración". 

No dejo de sorprenderme ante todos los acontecimientos que están rodeando el desarrollo de la escritora María Jeunet. Me parece increíble que tras años caminando de forma estable por mi vida ahora surja junto a la carretera principal un precioso y acogedor camino que discurre paralelo al principal. Cada día reparto mis pasos entre las dos líneas: unos días vence la carretera (mi trabajo diario) y otros días tengo el lujo de perderme entre los árboles del camino (escribir). 
Sin embargo hay algo común en cada paso que doy (ya sea en la carretera o en el camino): la inspiración, y con ella la necesidad de escribir, siempre está conmigo. Creo que eso es ser escritor.