Hace unos días, trabajando en un nuevo proyecto, el chat de mi google talk parpadeó. Pensé que sería mi marido, que al otro lado de la casa, quería decirme algo sin tener que adentrarse en mi espacio literario.
Sin embargo nada más abrirlo supe que no era él porque su letra era distinta. Comprobé que se trataba de una mujer que no conocía. Julia era su nombre. Como mi Julia.
Esa otra Julia, resultó ser una chica, muy joven, que se atrevió a establecer un chat conmigo para decirme que había leído mi primera novela y le había encantado.
También me dijo que de mayor, quería ser escritora, como yo.
Pensaréis que es obvio.
Que expreso una frase lógica. Pero para mí, no era tan evidente hasta que llegó la joven Julia (y tras otros acontecimientos que más adelante os contaré).
A los 18 años decidí estudiar, la que para mí, era la carrera más bonita e interesante del mundo. Volvería a ella una y otra vez en universos paralelos, seguro.
Gracias a esa carrera orienté mi vida laboral hacia una rama que me ha dado, y me da, interminables satisfacciones. Sin embargo, la vida, el trabajo, el paso del tiempo... transforma casi todas las cosas que son especiales en cosas normales.
Hasta hace un año mi vida era "sencilla", al menos todo lo sencilla que puede ser para una autónoma que deja hasta su último aliento en cada proyecto.
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Resulta que en todos estos años, en los que yo creía que mi vida ya estaba resuelta y dirigida hacia el camino que yo misma diseñé, dentro de mi cabeza estaba madurando una pequeña escritora. Y hace unos meses la bauticé, la llamé María Jeunet.
La expresión "soy escritora" me parece inmensa.
Es muy grande, la veo con letras tan gigantescas que casi no caben en mi boca.
Pero con el paso de los meses, estoy la haciendo mía. Mi confianza va en aumento, gracias a personas como Julia, que sin conocerme de nada, se acercaron a mí para felicitarme.
Gracias también a Ana, Inés, Nieves, Roberto, Lidia, Enrique, Marta, María, Pablo, Verónica, Natalia, Carmen, Rubén... Personas que ya forman parte de mi vida, de la reciente vida de María Jeunet, y que la enriquecen con cada palabra que me brindan.
Mi vida "normal" sigue en marcha cada día, pero en paralelo camina conmigo María Jeunet, y lo que no sé, es hasta dónde me llevará. El tiempo me lo mostrará.